En 1988 un hombre de 65 años yacía inmóvil en un hospital de Tejas. Un accidente doméstico le había colocado al borde de la muerte y los médicos no podían ofrecerle más vida que la que podía proporcionar una máquina de diálisis. Consultados por los doctores, sus familiares acordaron que era mejor dejarle marchar. 17 años después, una de las personas que tomaron esa decisión, el congresista republicano Tom DeLay, lucha a brazo partido por mantener a Terri Schiavo conectada y pregunta "qué clase de hombre" es su marido por pedir que la dejen morir.
Y que conste que la decisión es dificil, pero al menos lo que hay que tener es criterio.
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