21 de marzo de 2007

Primavera

unto a la sierra florida,
bulle el ancho mar.
El panal de mis abejas
tiene granitos de sal.
Junto al agua negra.
Olor de mar y jazmines.
Noche malagueña.
La primavera ha venido.
Nadie sabe cómo ha sido.
La primavera ha venido
.
¡Aleluyas blancas
de los zarzales floridos!
¡Luna llena, luna llena
tan oronda, tan redonda
en esta noche serena
de marzo, panal de luz
que labran blancas abejas!
Noche castellana;
la canción se dice,
o, mejor se calla.
Cuando duerman todos,
saldré a la ventana.
Canta, canta en claro rimo,
el almendro en verde rama
y el doble sauce del río.
Canta de la parda encina
la rama que el hacha corta
y la flor que nadie mira.
De los perales del huerto
la blanca flor, la rosada
flor del melocotonero.
Y este olor
que arranca el viento mojado
a los habares en flor.
La fuente y las cuatro
acacias en flor
de la plazoleta.
Ya no quema el sol.
¡Tardecita alegre!
Canta, ruiseñor.
Es la misma hora
de mi corazón.
¡Blanca hospedería,
celda de viajero,
con la sombra mía!
El acueducto romano
-canta una voz de mi tierra- y el querer que nos tenemos,
chiquilla, ¡vaya firmeza!
A las palabras de amor
les sienta bien su poquito
de exageración.
En Santo Domingo,
la misa mayor.
Aunque me decían
hereje y masón,
rezando contigo
¡cuanta devoción!
Hay fiesta en el prado verde
-pífano y tambor-.
Con su cayado florido
y abarcas de oro vino un pastor.
Del monte bajé,
sólo por bailar con ella;
al monte me tornaré.
En los árboles del huerto
hay un ruiseñor;
canta de noche y de día,
canta a la luna y al sol.
Ronco de cantar:
al huerto vendrá la niña
y una rosa cortará.
Entre las negras encinas,
hay una fuente de piedra,
y un cantarillo de barro
que nunca se llena.
Por el encinar,
con la blanca luna,
ella volverá.
Contigo en Valonsadero,
fiesta de San Juan,
mañana en la pampa,
del otro lado del mar.
Guárdame la fe,
que yo volveré.
Mañana seré pampero,
y se me irá el corazón
a orillas del alto Duero.
Mientras danzáis en corro,
niñas, cantad:
Ya están los prados verdes,
ya vino abril galán.
A orilla del río
por el negro encinar,
sus abarcas de plata
hemos visto brillar.
Ya están los prados verdes,
ya vino abril galán.
(Antonio Machado)


Pero leche, que frío hace

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